EL ANALISTA HISTÓRICO
La historia del mundo como síntoma de malestar
Desde miles de años atrás hasta la aparición de la imprenta y la producción
de La Palabra según Ignacio Loyola donde quedaría estampado el mandato
social, todas las ciudades modernas eran construídas junto al río, a donde
indefectiblemente iban a parar los desechos de la sociedad y esto no cambió
con la aparición de la Palabra es decir con la cultura. El punto es que muchas
ciudades siguen al lado del río y la arquitectura sobrepasa la cultura.
Que cosa podía provenir del río? Pues nada porque ni los peces andaban en
el síntoma de la producción social resumido en : las aguas bajan turbias.
Que unas veces simbolizaba el movimiento social ,la vida de la ciudad y otras
veces todo lo que el hombre hace, la productividad, al punto de que tener un
trasero gordo era sinónimo de ser fructífero y productivo. Eso quedó en el
inconciente colectivo hasta el día de hoy en que una mujer con buenas nalgas
sigue siendo atractiva para la mayoría de las personas, lo menos que se dice
es que es una chica prometedora. Así que al mandato social que es la historia
del mundo se le contrapone un movimiento que se podría resumir en la frase
"cuando el río suena,es señal que agua lleva". A ver si se entiende, una fuerza
hacia lo celestial,el cielo impera en el mandato social y otra hacia abajo , a lo
más bajo de la ciudad impera en el movimiento social. El movimiento social
siempre tira hacia las capas más bajas de la ciudad y por contraposición el
movimiento cultural siempre tira hacia las capas más altas de la sociedad.
No sabemos si el movimiento cultural escapa de las capas más bajas de la
sociedad o lo intenta, o el movimiento social es producto del movimiento
cultural. Es que el movimiento cultural, el mandato social es trabajar y eso
produce el movimiento social. Las clases altas producen las clases bajas. Y
así es la historia del mundo, se lo quiere y se lo rechaza por igual o si se
quiere, que amar la historia del mundo nos lleva a hacerle "eso".
De más está decir que la cultura sueña con la utopía de seres alados que
viven o pueden vivir en el cielo y "no tienen espalda" . Una ciudad celeste
dónde no existe el malestar de la ciudad terrena donde para todo hay que
poner la espalda sea para cargar algo o para descargar lo consumido.
Hay quienes sospechan que la prolongación de la jornada laboral no es más
que intentar tener a la sociedad la mayor cantidad de horas posibles sin que
depongan lo que han consumido, sin hacer ni lo primero ni lo segundo.
Porque "eso" va por el río a la mar y se evapora y vuelve en forma de nubes
a la ciudad que descargan sobre las personas lo que estas le han dado al
mundo y en eso consiste el malestar. Lo que el hombre produce está en el
cielo y le llueve sobre sus cabezas. Luego el malestar no está en el sujeto
sino en la roma de Freud Y en Baltimore de Lacán,las ciudades son ese
impulso irrefrenable de hacer "eso". en otras palabras el enemigo es la ciudad.
Ya no es una neurosis social entre el narcisismo trófico y el convulsionado.
El movimiento social es el malestar o bien que la ciudad es el malestar.
La historia del mundo como síntoma de malestar
Desde miles de años atrás hasta la aparición de la imprenta y la producción
de La Palabra según Ignacio Loyola donde quedaría estampado el mandato
social, todas las ciudades modernas eran construídas junto al río, a donde
indefectiblemente iban a parar los desechos de la sociedad y esto no cambió
con la aparición de la Palabra es decir con la cultura. El punto es que muchas
ciudades siguen al lado del río y la arquitectura sobrepasa la cultura.
Que cosa podía provenir del río? Pues nada porque ni los peces andaban en
el síntoma de la producción social resumido en : las aguas bajan turbias.
Que unas veces simbolizaba el movimiento social ,la vida de la ciudad y otras
veces todo lo que el hombre hace, la productividad, al punto de que tener un
trasero gordo era sinónimo de ser fructífero y productivo. Eso quedó en el
inconciente colectivo hasta el día de hoy en que una mujer con buenas nalgas
sigue siendo atractiva para la mayoría de las personas, lo menos que se dice
es que es una chica prometedora. Así que al mandato social que es la historia
del mundo se le contrapone un movimiento que se podría resumir en la frase
"cuando el río suena,es señal que agua lleva". A ver si se entiende, una fuerza
hacia lo celestial,el cielo impera en el mandato social y otra hacia abajo , a lo
más bajo de la ciudad impera en el movimiento social. El movimiento social
siempre tira hacia las capas más bajas de la ciudad y por contraposición el
movimiento cultural siempre tira hacia las capas más altas de la sociedad.
No sabemos si el movimiento cultural escapa de las capas más bajas de la
sociedad o lo intenta, o el movimiento social es producto del movimiento
cultural. Es que el movimiento cultural, el mandato social es trabajar y eso
produce el movimiento social. Las clases altas producen las clases bajas. Y
así es la historia del mundo, se lo quiere y se lo rechaza por igual o si se
quiere, que amar la historia del mundo nos lleva a hacerle "eso".
De más está decir que la cultura sueña con la utopía de seres alados que
viven o pueden vivir en el cielo y "no tienen espalda" . Una ciudad celeste
dónde no existe el malestar de la ciudad terrena donde para todo hay que
poner la espalda sea para cargar algo o para descargar lo consumido.
Hay quienes sospechan que la prolongación de la jornada laboral no es más
que intentar tener a la sociedad la mayor cantidad de horas posibles sin que
depongan lo que han consumido, sin hacer ni lo primero ni lo segundo.
Porque "eso" va por el río a la mar y se evapora y vuelve en forma de nubes
a la ciudad que descargan sobre las personas lo que estas le han dado al
mundo y en eso consiste el malestar. Lo que el hombre produce está en el
cielo y le llueve sobre sus cabezas. Luego el malestar no está en el sujeto
sino en la roma de Freud Y en Baltimore de Lacán,las ciudades son ese
impulso irrefrenable de hacer "eso". en otras palabras el enemigo es la ciudad.
Ya no es una neurosis social entre el narcisismo trófico y el convulsionado.
El movimiento social es el malestar o bien que la ciudad es el malestar.
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